Chuck Berry

Apenas se producía el fallecimiento del padre del rock and roll, anunciaron el lanzamiento de su disco póstumo.

Este hecho representaba un dato no menor, ya que no sólo se trataría de un último legado del colosal músico, sino que significaba su primer disco en estudio desde aquel “Rock It” de 1978. Así es; casi treinta y nueve años después.

Para un rockero de pura cepa, que se mantuvo bastante activo durante toda su vida hasta los 90 años tocando en vivo hasta el cansancio, el disco suena bastante bien, con canciones inéditas y versiones nuevas de viejos clásicos.

De hecho, el primer single, “Big Boys”, comienza con el titánico riff de Johhny B. Good y mantiene ese imparable ritmo rockero hasta el último segundo, secundado por una sólida banda de fondo y la ayuda de Tom Morello en guitarras.

Otros temas destacados abarcan ritmos más bluseros, como “Dutchman” o especialmente “Darlin’”, un excelente dueto con su hija, Ingrid Berry-Clay, pasando por las divertidas “Wonderful Woman” y “Lady B. Good”, una especie de secuela al ya mencionado clásico.

Pero notablemente es con la canción “3/4 Time (Enchiladas), un tema grabado en vivo, donde se nota toda la energía del viejo Berry, que en un momento de la canción grita “I love what I’m doing” (Me encanta lo que hago) y es que realmente se notaba y finalmente demuestra a lo largo de estos diez títulos que se alargan durante casi 35 minutos.

Un dignísimo trabajo final de parte de uno de los músicos más influyentes de todos los tiempos.

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