Otra noche memorable junto a Guns N’ Roses
Con una respetable cantidad de gente, y luego de unas buenas presentaciones de los grupos nacionales Pornostars y Flou – con un sonido más decente que lo habitual para cualquier telonero, hay que decirlo – se vino una lluvia de aquellas. Los rayos dieron todo un show aparte y los vendedores de pilotines… hicieron su agosto.
Y es que en esta oportunidad es imposible no referirse a la impresionante tormenta que amenazó el inicio y hasta la realización en sí del concierto. El temor fue más latente aun cuando anunciaron por los parlantes que por obvias razones de seguridad aguardarían a que la lluviecita pase del todo. Muchos optaron por retirarse, repasando acaso alguna que otra trunca jornada que también sufrió el azote del clima y tuvo que ser suspendida.
Dos horas después de lo previsto y con menos gente, las luces se apagan, las imágenes de calaveras y rosas aparecen en la pantalla al son de Far From Any Road de la serie True Detective (¿qué nos habrán querido decir con ese tema?) para que DJ Ashba arranque con los primeros acordes de Chinese Democracy, del último disco de la banda, del 2008, escenario y público literalmente explotan. Con la formación casi idéntica a aquella de hace 3 años, Axl se muestra activo y recorre el escenario sin problemas.
El mismo Ashba amaga la intro de Welcome to the Jungle. El tatuado guitarrista sabe que la hecatombe colectiva llega con esa canción y así mismo fue; vasos de agua y pilotines volando por los aires, pogo a full, gritos histéricos y brazos en alto. Son pocas las canciones en la historia que producen ese efecto. Y ya lo vivimos en nuestro país DOS veces.
La intro del siguiente tema, It’s So Easy, estuvo a cargo de Duff McKagan, el original bajista de la banda de Hollywood, y eso no es poca cosa. Se lo vio muy cómodo con sus “nuevos” compañeros y se adaptó muy bien a los recientes temas del grupo. Mr. Brownstone sería la canción que cerraría el tridente de “baladas” del legendario Appetite For Destruction.
Le tocó el turno a Rob “Bumblefoot” Thal quien le sacó el jugo a su guitarra con la épica Estranged, junto a un Axl en muy buena forma y labor. Better, Shackler’s Revenge y Catcher in the Rye son los temas esta vez de Chinese Democracy y suenan bien en vivo, aunque no generan tanto entusiasmo en la gente. En cambio Rocket Queen, especialmente en su segunda mitad, puso a todos los puños en alto. Antes, Axl saludó al público agradeciendo la espera y explicando que la seguridad de la gente es también importante. Clap, clap, clap.
Pero los fanáticos y nostálgicos tuvieron su grandioso momento con Nice Boys primero, el cover de Rose Tattoo que grabaron para el EP Live?! Like a Suicide y Lies, que sonó mucho más sleazy que la casi punkera versión de Lies, y con una eléctrica interpretación de I Used To Love Her, del mencionado Lies. Temazos.
Axl presenta al reemplazante de Tommy Stinson, bromita interna y risas cómplices con Duff, y el bajista toma el micrófono y despacha unos soberbios covers de Attitude de The Misfits y Raw Power de Iggy Pop, incluidos en el Spaghetti Incident. Seguidamente, una nueva perla llegó con My Michelle, y Axl entregándose totalmente a los gritos. ¿Te alegrás de haber esperado? ¿Te arrepentís de no haber ido? ¡Deberías!
Richard Fortus inició la jornada de los solos de guitarra. Esta vez, al guitarrista se lo vio muchísimo más suelto y más protagónico, moviéndose sin parar, con gestos a lo Pete Townshend, y con gran calidad. Luego llegó un nuevo cover con pirotecnia al mango: Live and Let Die, donde Axl nuevamente castigó a su garganta. Podrían decir que su voz no tuvo la potencia de la vez anterior, pero el pelirrojo no está considerado como uno de los cantantes más emblemáticos de todos los tiempos por nada. A Axl lo que es de Axl.
This I Love trajo un poco de calma, para dar paso al solo de Dizzy Reed, quien esta vez luce muy opaco en su piano. Axl invita a los presente a escuchar un tema romántico: You Could Be Mine. Y Guns N’ Roses suena al viejo Guns N’ Roses. Los tres guitarristas se complementan muy bien y Duff tiene en Frank Ferrer a un socio de farra, creando una solidísima base rítmica.
DJ Ashba hace su solo y desata una nueva locura con Sweet Child O’mine, ese tema para ascensores como la llamaban antes de que catapultara al grupo a donde pocos han llegado, las voces del público se elevan por encima de todo. Otro gran momento.
De todas formas, uno sabe que a partir de aquí, el final estaba cerca. November Rain puso a Axl en el piano, aunque me quedo con la versión del 2011. Una sorpresa más llegó con Abnormal, un tema hecho y cantado por Bumblefoot.
Pero las versiones levemente modificadas de Don’t Cry primero y Knocking on Heaven’s Door después – extraordinario Fortus aquí – agregaron más sabor a una noche que había arrancado mal y se estaba volviendo mítica. Minutos después, ver a Axl y a Duff compartir un solo micrófono para la línea de “peace could last forever” de Civil War terminó el trabajo: este concierto ya no se olvidará jamás.
La lluvia volvió sin que ya nada importe y Nightrain supuso un brevísimo final. Lástima que esta vez no hayan usado las rojísimas palabras Guns-N-Roses para invitar al público a pedir un bis. Igual, antes de poder decir nada, volvían Fortus y Bumblefoot con sendas acústicas para que paguen la deuda de Patience (nos la debían). Axl se dejó la vida al final del tema, arrancando merecidos aplausos.
Un genial cover de The Seeker de The Who dio paso a un nuevo jam sesión antes de poner la guinda con Paradise City, con Axl y compañía despidiéndose de “Perewei” visiblemente complacidos con el reducido público.
Finalmente, debo decir que no estoy muy seguro de conocer los motivos por el cual en esta oportunidad el concierto de Guns N’ Roses en Asunción no generó las expectativas que había conseguido para aquella histórica presentación de octubre del 2011. Aquí no hay excusas: a grupos como estos hay que verlos SIEMPRE que se pueda. La lluvia agregó condimento a una noche colosal. La proximidad de fechas entre un concierto grande y otro es algo a lo que ya tendríamos que estar preparados si pretendemos “pedir” por más.
Si Guns vuelve en el 2017, que la tormenta de nieve no te prive de la posibilidad de ver un show con todas las letras. Axl lo hizo de nuevo. ¡Fue una cátedra!
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