Intensa energía en estado musical con Rodrigo y Gabriela

De tanto en tanto, uno recibe una invitación a una fiesta a la que decide ir y se encuentra con un panorama algo desalentador; la escasa cantidad de gente insinúa una velada letárgica. Pero a pesar de eso, uno también puede recibir la más grata de las sorpresas. Así pasó por nuestro país el dúo de guitarras acústicas integrado por Rodrigo Sánchez y Gabriela Quintero, mejor conocido como Rodrigo y Gabriela.

Sorpresa 1: Primeramente, se presentaron Mbaraka Trío, integrado por Rodrigo Benítez, David Valdez y Diego Guzmán, que durante poco más de media hora arrancaron fuertes aplausos por parte del público, con muy buenos arreglos sobre obras de Astor Piazolla, Gerardo Mattos Rodríguez y Jorge “Lobito” Martínez, entre otros. Anunciaron el lanzamiento de su disco “En el Paraná” y nada más queda recomendarlos y esperarlos nuevamente.

Sorpresa 2: Al poco y tiempo y sin muchos preámbulos el show del dúo mexicano arrancó con “The Soundmaker”, canción de su último disco “9 Dead Alive” y, sin mediar palabra, siguieron con “Hanuman” de su trabajo anterior “11-11”. Inmediatamente después Rodrigo invitó al escaso y todavía tímido público a acercarse más y, a los más aventurados, a subir y compartir escenario en una velada que, según decían ellos mismos, sería más íntima a lo que ellos estaban acostumbrados.

La comunicación con la gente fue permanente, fluida y muy suelta, respondiendo preguntas y compartiendo anécdotas con los presentes. De hecho, llegaron sin un setlist establecido y, a pedido del público, continuaron con “Diablo Rojo”, para ir decidiendo títulos sobre la marcha.

No faltaron canciones nuevas, covers – de Megadeth, Metallica y Led Zeppelin – y alguna que otra exclusividad, con Rodrigo anunciando un nuevo trabajo, con voces incluidas, donde tomó el micrófono y cantó.

De todas formas, el lucimiento de ambos llega con los instrumentales. Durante este tipo de canciones, Rodrigo tiene mayor protagonismo. Sin embargo, Gabriela tuvo su gran y reservado momento durante su solo de guitarra arrancando todo tipo de sonidos al instrumento en toda su amplitud.

No estaría exagerando al decir que este concierto tuvo algo de magia, como un torrente incontrolable de energía pura; el alto grado de musicalidad y emoción que fueron demostrando durante poco más de hora y media fue increíble. Y conforme iban pasando las canciones, el público fue animándose a más, hasta que finalmente el escenario fue una fiesta, especialmente con títulos como “Tamacun” y “Savitri” y otros cuantos covers más, muy celebrados por los presentes.

Así culminó el concierto: como una celebración, con todo el mundo de pie, bailando o aplaudiendo sin parar. Es que no existe un género o término que defina ajustadamente el rango que abarcan estos mexicanos, cuya propia definición recae en el metal, aunque podríamos ampliarlo a world music debido a la diversidad de estilos que componen sus obras. Aunque de algo uno puede estar seguro: el vivo de Rodrigo y Gabriela llega de una forma tan intensa y extrema como un buen guitarrazo a la cabeza.