Cuando los hermanos Followill – más un primo – llegaron con su primer disco, allá por el 2003, sorprendiendo al mundo por la honestidad del sonido en cuestión. Pero no fue sino hasta el cuarto disco, con las ya explotadísimas “Sex of Fire” y “Use Somebody”, que el grupo ganó suma notoriedad, aunque recorriendo territorios más pop. Con este séptimo trabajo, el cuarteto de Tennessee retoma aquel viejo sonido característicamente setentoso.

El arranque con el primer single, “Waste a Moment”, es rápido, breve y conciso, similar a otras canciones como “Find Me”, “Eyes on You”, cuya combinación de guitarras, bajo y batería confirman que esta fórmula es infalible. Para los momentos más sosegados están la magnífica “Reverend”, “Over” y “WALLS” que cierra el disco.

Entonces tenemos un arranque rápido y un final tranquilo; y en medio de estos extremos, un buen equilibrio, que complacerá a viejos y nuevos oídos. Me habían convencido con su primer trabajo y nunca realmente se alejaron de mis expectativas y “WALLS” se inclina mucho más a lo complaciente. Otro buen punto para los KOL.