Pearl Jam en Argentina: maratónico e inobjetable

Diez años han pasado desde la primera visita del grupo liderado por Eddie Vedder a tierras sudamericanas. Desde ese momento y hasta la fecha, el quinteto americano realizó precisamente tres visitas a esta parte del planeta, en el 2005, en el 2011 y en el 2013, con una misma agrupación y sin modificaciones baterísticas, hecho que era más que común en los noventa.

La banda de Seattle parece haber encontrado, junto al gran Matt Cameron, una afianzada y sólida hermandad, la más constante de toda su historia, con cinco discos juntos como tal. Y es que si hay algo que caracteriza a Pearl Jam es precisamente eso: la cohesión de sus miembros, tanto en estudio como sobre el escenario. Y en la noche del sábado 7 de noviembre en el estadio único de La Plata de Argentina, una gran multitud de fanáticos pudo nuevamente dar fe de esta afirmación.
2015-11-10 08.27.12
Durante nada más y nada menos que tres horas y a lo largo de 33 canciones, que recorrieron toda su discografía y algún que otro as bajo la manga proveniente especialmente de “Lost Dogs”, Eddie, Stone, Matt, Mike y Jeff volvieron a demostrar porque se han destacado del resto de aquella generación surgida a principios de los 90, sobreviviendo todo tipo de cambios en la tendencia musical en todo el mundo, tras 25 años de vida como grupo.

El arranque fue más bien sereno, con la hipnótica “Pendulum” y las efusivas “Low Light” y “Elderly Woman… etc, etc”, notándose marcadamente desde ese momento la armonía del conjunto y, al mismo tiempo, la capacidad individual de cada uno de sus miembros. Asimismo e igual de importante, pudo apreciarse ese increíble nexo que se da con la multitudinaria audiencia.

El primer pogo llegó inmediatamente después del calmado trío de apertura, con “Mind Your Manners” y “Do The Evolution”. Como siempre se da en el vecino país, Eddie saluda con su español de mierda, como lo describe él mismo, y se mete a todos en el bolsillo al compartir datos más bien íntimos, como la reacción de una joven fanática al llegar al estadio o el difícil año que han tenido como grupo, al perder a personas cercanas a ellos. El vocalista es muy jovial y no ha perdido fuerza ni intensidad en su voz, como se pudo apreciar en temas como “Dissident”, “Given To Fly” o “Sirens”.
2015-11-10 08.29.11
El resto tampoco ha mermado en calidad o entrega. McCready destripa solos y poses como pocos,
Ament es compacto e inquieto, mientras que Cameron es una verdadera tromba detrás de los parches. Y Gossard en lo suyo, aunque sea acaso el más retraído de todos ellos, a él se deben los riffs más emblemáticos, como “Even Flow” o “Daugther”, muy celebrados por la multitud. El sexto no-tan-secreto integrante es Boom Gaspar, que agrega ímpetu sonoro desde los teclados. Y tras una intensa “Rearviewmirror” se da la primera pausa luego de más de hora y media de música sin tregua, con un sonido impecable y un conciso juego de luces sobre el escenario. Es también oportuno destacar ese maravilloso trabajo de cámaras de las dos pantallas gigantes, que no simplemente ofrecían imágenes del show sino que regalaban exquisitos detalles del mismo.

A la vuelta, las sorpresas se dan con “Footsteps”, brillantemente interpretada, e “Imagine”, cover/homenaje a John Lennon, iluminando el enorme recinto con encendedores y celulares. Y con temas como “Corduroy” y “Jeremy” eso del destaque por encima de otros grupos queda en irrebatible evidencia.

Para el cierre definitivo llega primero la coreadísima “Betterman”, complacen un pedido mediante “Red Mosquito” y acarician la vena más sensible con una extraordinaria versión de “Black”. Y a diferencia de otras presentaciones, el telón cayó con “Baba O’Riley”, cover de The Who, y sorpresivamente “Indifference” ocupó el lugar que por excelencia pertenece a Yellow Ledbetter.
2015-11-10 09.36.49
Siendo medianoche, la legión de fanáticos inició el retorno a casa, como complacidos testigos de un magnífico despliegue musical, tan potente como sentimental. Si aún no has tenido el placer de asistir a este gran espectáculo, Vedder sospechosamente se despidió hasta el año que viene. Ojalá se dé y volvamos a estar. Desde ya digo: el que avisa no es traidor.