¿Qué se sabe de Joss Stone? Esta precoz niña británica a sus cortísimos 16 años ya sorprendía al mundo con un disco llamado “The Soul Sessions”. Su voz fue comparada a las clásicas del soul de los 60s y 70s, como Aretha Franklin, su máxima influencia, o Janis Joplin. Eso se sabe.

Con varios discos a cuestas y un buen número de conocidos temas muy bien trabajados, la Stone se caracteriza por un sonido más bien pop. Además, fue (¿es?) integrante de Superheavy, un súper grupo de pop‐rock‐reggae formado junto a Mick Jagger, Damian Marley y A. R. Rahman. Eso se sabe.

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Ahora bien, llegó a nuestro país, y como su naturaleza británica así lo exige, salió puntualmente a las 22:00 horas y devoró el escenario del Banco Central del Paraguay. El inicio fue casi casi modesto, con los cuatro músicos marchando lentamente y ocupando sus lugares casi con timidez para dejar que los primeros acordes invadieran el ambiente. Y hay que aplaudir al sonido, que desde el primer segundo fue realmente impecable, con cada mínimo detalle instrumental, especialmente de la batería de Tony Royster Jr., gozando de un destaque digno de recalcar.

También se sabe que Joss Stone toca descalza y su estilo es casi hippie. Así se la vio; suelta, relajada, sonriente y hasta bromista. El arranque con apenas un amague a “You Had Me” para seguir con “Super Duper Love (Are You Diggin’ on Me)” ya ponía en fehaciente evidencia la capacidad vocal de esta chiquilina de 27 años.

La comunicación con el público fue permanente y jovial. Poco importó la barrera del idioma con ese divertido intento por pronunciar tereré, para meterse al público en el bolsillo, ni al pedir la opinión de la gente acerca de “Wake Up” un nuevo tema de envolvente estilo reggae de su próximo disco. También se refirió a la importancia del arpa paraguaya como instrumento símbolo del país y respondía a cualquier insinuación con aniñada soltura. Entonces Joss Stone nos pareció simplemente divina. Eso no se sabía.

De todas formas, su mejor referencia llegó al explicar que todo ocurre por medio de la música; desde las más sublimes canciones hasta la cita que nos reunía en ese momento. Así presentó la canción “Music”. Ya antes habían pasado “Could Have Been You”, dedicada a un idiota como dijo ella, “Love” y “Karma” entre otros, interpretadas de manera excepcional. Música de primer nivel, sin dudas.

Con “I Put A Spell on You”, esa mítica canción compuesta por Screamin’ Jay Hawkins y que Nina Simone se encargara de hacer leyenda, el concierto llegó a un momento sublime, con Joss haciendo lo que quería con su poderosa voz. Fue desde este punto también que los músicos empezaron a lucirse aún más de lo que estaban sonando, con un filoso duelo de guitarra, a cargo de Akil Thompson, y teclados, de Charles Jones, que mostraban a la Stone disfrutando este mini‐show como si fuera una espectadora de lujo más. Ya antes había pasado un atronador solo de bajo, gentileza del genial Pete Iannacone.

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El final se dio con el cover de The White Stripes “Fell in love with a boy”, en clave soul, para dar paso a una breve pausa que sirvió para que la cantante vuelva y realice acaso la mejor canción de la noche: una arrebatadora “Right to be Wrong”. Realmente sublime.

Y para terminar la jornada, el cover de “Some Kind of Wonderful”, a pura fiesta, con la Stone regalando flores al público, y con un largo pasaje instrumental, guiño a “Back in Black” incluido, también muy ensalzado por la vocalista, que demostró en todo momento que no sólo tiene talento sino un amplísimo buen gusto por todo tipo de música.

Así, después de casi dos horas de show, Jocelyn Stoker, más conocida como Joss Stone, terminaba uno de los mejores conciertos que hemos tenido el placer de tener en nuestro país. La chica que toca descalza, como se sabía, demuestra acaso con esto que tiene los pies muy en la tierra o que es un ángel que ha decidido no volar.

Y eso es lo que ahora sabemos.