La banda de Liverpool está de regreso con su décimo primer disco. Desde que abandonaran el emblema doom metal, bastante oscuro de sus inicios, cada trabajo ha presentado pinceladas electrónicas y/o progresivas, a veces sumamente excelentes, como en su “Weather Systems” del 2012, y otras acaso menos logradas como el anterior “Distant Satellites” del 2014.

El inicio de “The Optimist” nos lleva literalmente a San Diego, California. A partir de ahí el disco es básicamente un viaje. De hecho, según explica su vocalista y guitarrista, Daniel Cavahagh, las once canciones continúan el concepto del disco “A Fine Day to Exit”, del 2001, siguiendo la travesía del personaje central, que en aquel trabajo había como desaparecido.

El disco en sí alterna temas más rápidos, como “Leaving it Behind”, con otras opciones más relajadas, especialmente gracias a la fantástica voz de Lee Douglas, en temas como “Endless Ways”. Además, se incluyen dos fantásticas canciones instrumentales, “San Francisco” y “Springfield”.

Eso sí, es conveniente decir que no es un disco de fácil acceso. Personalmente me tomó tiempo y es hasta necesario dejarlo reposar y escucharlo en su momento justo. Son trabajos que exigen atención de principio a fin y hasta se deben apreciar como si se tratara de una película, sin omitir ninguna escena.