Nacido como un proyecto ultra secreto entre la célebre “Iguana” y Josh Homme (Queens of Stone Age), este disco es lanzado como uno de Iggy y producido por Homme luego de unos meses de trabajo. Y para completar la ecuación de acaso un nuevo super grupo, Matt Helder (Arctic Monkeys) presta sus percutivas habilidades en la batería, y Dean Fertita (Dead Weather), toca la guitarra y teclados.

Son apenas nueve canciones que limitadamente superan los 40 minutos, pero que tienen momentos muy atrapantes, como el primer y ya conocido single “Gardenia”, sumando “American Valhalla” o “Sunday”, y otros cortes más bien psicodélicos y experimentales, como “Vulture” o, la curiosidad sin duda para nosotros, el tema que cierra el disco llamado “Paraguay”.

Bastante más tranquilo a los que nos tiene acostumbrado Iggy, el disco se escucha bien, aunque tiene momentos dispares. De todas formas, la estrella de todo sigue siendo esa inconfundible voz del viejo ícono del punk que se adapta sin problemas a este cambio de registro. Además, aunque esto sería para preocuparse, Pop había anunciado que este sería su último disco, anticipando acaso su retiro artístico. Pero ese ya es otro cantar.